Aunque nos presentó Ponce antes, creo que en 1994, coincidí por primera vez con Berlanga, también gracias a Ponce, en la cena de gala y entrega de premios del Festival Erótico de Cine de Barcelona, correspondiente a la edición de 1997. Le acompañaba Pilar, su secreto a voces que sólo se materializaba fuera de Madrid.
Compartimos mesa, risas, gustos e inquietudes y al terminar la velada les acompañamos al hotel en nuestro coche.
De esa noche nació una gran amistad, con esporádicos encuentros, cenas y cesión de la mazmorra para sus encuentros en la Ciudad Condal.
Al final su enfermedad poco a poco lo alejó de casi todo, también de Pilar y la muerte prematura de su hijo hizo el resto.
Queda en nuestro recuerdo su sencillez, fina ironía y la gran sabiduría de un hombre de mundo y una gran persona.
Nunca te olvidaremos!!
Dómina Zara y sandman
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